La
historia de Peterson Toscano es la de la presión grupal. Una con una intensidad
desmedida y brutal. Tras 17 años de lucha contra su enfermedad acabó aceptando que no
tenían ninguna disfunción por ser homosexual. Durante sus dos décadas de
enfrentamiento entre su fe evangélica y su inclinación sexual este ciudadano
estadounidense invirtió 30.000 dólares en terapias de reconversión que
incluyeron tres exorcismos y un matrimonio a la fuerza.
La
llamada conversión o terapia reparativa es una práctica, a la que se sometió
Toscano, que trata de ayudar a las personas a cambiar su orientación sexual.
Hay quienes aseguran que este mecanismo, apoyado ampliamente por iglesias
cristianas fundamentalistas, les ayudó a pasar de homosexual a heterosexual.
Una reconversión que no difiere mucho de los tratamientos por electroshock que
se aplicaban hasta hace algunas décadas a muchos enfermos mentales.
Sin
embargo, esta práctica no le sirvió de nada a Peterson, quien creció en un
hogar promedio de católicos italiano-estadounidenses en el norte del estado de
Nueva York, y como miembro de la Iglesia Evangélica vivió un conflicto entre su
orientación sexual y su fe.
"Estaba haciendo algo moral y espiritualmente
equivocado, por lo que sería castigado en la vida eterna. Así que tenía mucho
miedo y un desespero terrible", dijo el hombre.
Como
un adolescente en los Estados Unidos de los años 1980, Toscano vivió en un
periodo cuando la palabra "gay" era sinónimo de sida. Hasta 1973, los
siquiatras estadounidenses clasificaron a los homosexuales como locos.
"Até cabos e hice lo que pensé que era una
ecuación lógica cuando dije 'eso es equivocado, eso está mal, necesito arreglarlo'.
Y, entonces, 17 años después, finalmente me desperté y entré en razón",
dijo.
Todavía
es doloroso para él recordar sus años de tratamiento. Tras una entrevista con
la radio pública nacional de Estados Unidos que generó una época de depresión,
él ahora prefiere no mencionar los detalles. Sin embargo sí explica uno de los
incidentes más oscuros.
Durante
un curso con alojamiento de dos años en el ministerio cristiano Love in Action,
ahora llamado Restoration Path, en Memphis, Estados Unidos, a Toscano se le
pidió que registrara todos los encuentros homosexuales de su vida. Luego tuvo
que escoger el más vergonzoso para contarle a su familia.
Tolerable siempre que no haya
contacto carnal
La
postura oficial de la Iglesia sigue siendo intransigente. Peter Ould, cura de
la Iglesia de Inglaterra, cree que los hombres pueden vivir juntos como pareja
y tener vidas realizadas y santas, siempre y cuando sean célibes.
Argumenta
que se puede reprimir el deseo sexual tanto en homosexuales como en
heterosexuales solteros, y cree que Dios reemplazará esos deseos con algo
distinto.
Ould
está casado y tiene hijos y dice que esta etapa de su vida es
"post-gay". Aunque nunca tuvo sexo con un hombre ni se sometió a una
terapia de conversión, cuando estaba en sus 20 recibió apoyo pastoral para
controlar su atracción hacia los hombres.