La federación
de personas con discapacidad física y orgánica de Bizkaia (Fekoor) reivindica
el derecho de las mujeres discapacitadas a disfrutar de una vida sexual plena, "sin
estar sometidas a represión", asi como a recibir la atención médica básica
para el control de su salud sexual.
La Fekoor ha
organizado hoy en Bilbao su IX Foro Mujer y Discapacidad que este año se
dedica, precisamente, a los derechos sexuales y reproductivos de este colectivo
con el objetivo de "deconstruir los prejuicios y mitos existentes sobre
este asunto".
Según ha
informado esta asociación en un comunicado, la sociedad todavía no contempla
con normalidad que una mujer discapacitada esté embarazada y se haga cargo de
su descendencia, y de hecho las considera "asexuadas y no aptas ni para
vivir en pareja, ni para ser madres".
Una realidad oculta
En muchas
ocasiones, según se critica en la nota, el entorno familiar, el médico-sanitario
y el institucional "eluden la evidencia de que son personas sexualmente activas",
e incluso se han dado casos en los que "se les ha obligado a interrumpir
su embarazo o se les han quitado sus hijos o los han tutelado tras dar a luz".
También
resaltan las "carencias" en la prestación de los servicios médicos básicos
como la atención ginecológica, y afirman que la mayoría de estas mujeres no han acudido a una consulta de estos especialistas, salvo casos graves, ni se han
hecho una mamografía.
La mitad de las personas con discapacidad intelectual pueden sufrir abusos sexuales
Asimismo, las personas con discapacidad intelectual
son diez veces más vulnerables a sufrir abuso sexual o maltrato. De hecho, se
estima que la mitad de este colectivo podría sufrir uno de estos peligros a lo
largo de su vida. Además, en la mayoría de los casos este colectivo encuentran
numerosas dificultades para denunciar estas prácticas a las autoridades. Para
ayudarles a detectar y afrontar estos problemas se ha creado la página web
'www.nomasabuso.com'. Una iniciativa de la fundación Carmen Pardo Valcarce con la
colaboración de la fundación Mapfre y la Consejería de Asuntos Sociales de la
Comunidad de Madrid.
"El primer problema es
que ellos no se sienten realmente víctimas", explica Almudena Martorell,
directora de la Fundación Carme Pardo-Valcarce. "A veces, al
infantilizarlos respecto a la sexualidad ni si quiera muchas veces saben lo que
es un abuso sexual", añade Martorell. Tampoco ayuda que en muchas
ocasiones dependan de terceras personas -generalmente familiares-para
interponer la denuncia, ya que se ha detectado un alto índice de abusos en ese
entorno. Además, aunque logren acudir a los tribunales su testimonio es muy
débil, ya que se les cree menos y un abogado fácilmente puede desbaratar su
declaración.
Y ahí es donde entra el
papel de la nueva web. Con esta herramienta se pretende orientar e informar a
este colectivo y ayudar a desenvolverse ante estas situaciones. Es decir, que
sean conscientes de qué es un abuso o maltrato, cómo prevenirlo y llegado el
momento, actuar. Para ello se han adaptado los contenidos explicando los
términos más complejos para hacerlos accesibles a las personas con discapacidad
individual.
En la elaboración de la web
han trabajado un grupo de expertos, psicólogos y fuerzas de seguridad. Pero lo
más importante fue la participación de personas con discapacidad intelectual
para asesorar en la redacción de los contenidos y hacerlos accesibles a este
colectivo.