El hijo del cura, sexo en el cementerio y la peligrosa defensa de los homosexuales

Un cura brasileño confesó a sus feligreses en las misas del pasado domingo en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en la localidad de Gavião (nordeste de Brasil), que va a ser padre, por lo que abandonará el sacerdocio.

Gerónimo Moreira, de 32 años, leyó a los fieles una carta en la que reconoció haberse enamorado de Emília Carneiro, de 23 años, a quien conoció cuando era seminarista en 2007, según informó ayer el portal informativo G1.

"Hoy ella está embarazada y yo quiero asumir la paternidad", dijo Moreira en la carta, al tiempo que informó a los feligreses de su salida del sacerdocio. Moreira dijo que se emocionó al hacer el anuncio. "Lloré mucho, casi toda la iglesia lloró", dijo a G1.

Carneiro, embarazada de tres meses, es secretaria en una escuela en el estado de Bahía, donde está localizado Gavião, y Moreira comenzó el pasado lunes a trabajar en la construcción, aunque desea estudiar ingeniería. Ambos se quieren casar por la iglesia, para lo que necesitan una autorización del papa Francisco. "Voy a hacer la petición formal", dijo Moreira. "En general los papas dan permiso", añadió.

Sexo de pago en el cementerio

Por otra parte, un conocido sacerdote de la Archidiócesis de Boston (EU), Arthur Coyle, fue detenido por la Policía por mantener relaciones sexuales con una prostituta en el cementerio de Lowell, Massachusetts. El cura debió pensar que en un sitio tan tranquilo y discreto no sería descubierto, sin embargo, las autoridades de Lowell sorprendieron a clérigo con la mujer en el campo santo.

Coyle fue trasladado a la comisaría, donde pasó una noche en el calabozo y pagó una fianza de 500 dólares para poder salir de la cárcel. Ahora está a la espera de juicio por escándalo público y por haber solicitado los servicios de una meretriz (un delito en Massachusetts).

De momento, el sacerdote ha desaparecido de la vida pública y su Archidiócesis emitió un comunicado en el que indicaba su relevo inmediato del cargo que desempeñaba de Prelado de Honor Superior, un puesto otorgado por el papa Benedicto XVI en diciembre de 2012 como premio a su gran labor pastoral.

Excomulgado por defender a los homosexuales

La frase del papa Francisco al final de su reciente viaje a Brasil preguntando quién es él para juzgar a un homosexual que busca a Dios sorprendió a muchos alrededor del mundo, pero tuvo un valor especial para Roberto Francisco Daniel. Este cura brasileño de 48 años fue excomulgado por la Iglesia Católica a fines de abril, tras formular un comentario publicado en Internet en apoyo a los homosexuales que molestó a la diócesis de Bauru, el municipio del estado de Sao Paulo donde cumplía funciones.

Ahora el “padre Beto”, como le llaman localmente, acaba de publicar un libro titulado Verdades prohibidas y recurrió a la justicia civil brasileña alegando que la Iglesia ignoró sus derechos y debe ser readmitido. “Si (la diócesis de Bauru) quisiera excomulgarme, va a tener que hacerlo dentro de las normas legales. No creo que eso ocurra después de la visita del Papa”, ha explicado.

El párroco ha explicado a BBC Mundo que se define como heterosexual, lleva un aro en su oreja derecha y cabello rapado. “Me siento católico, perteneciente a esta Iglesia. No escogí la opción de dejar de ser padre, por lo tanto continúo siendo padre. Pero a través de la diócesis de Bauru, de la Iglesia local, estoy excluido”, aseguró al medio británico.

Acudió a la justicia civil a reclamar por su excomunión ya que “el obispo de Bauru me había dado dos alternativas: retirar todo el material publicado en Internet y pedir perdón, o aplicarme el derecho canónico. Ante eso, entendí bueno apartarme de los ministerios sacerdotales y volver en otra época. Aguardar que pase la ola de conservadurismo que existe hoy”.

Pero ante la excomunión decidí entrar en la justicia común, no simplemente porque quiera volver, sino porque lo que la Iglesia local hizo conmigo ninguna institución puede hacer con una persona. Fui tratado como un adolescente y expulsado sin derecho defensa”, puntualizó el padre Beto. "La Iglesia no me respetó como ser humano, no respetó los 14 años de sacerdocio que tengo, no respetó a mi familia", añade con tristeza.

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